martes, 17 de noviembre de 2015

¡NO ME SIMPATIZA!


La frase de Kiko en el inolvidable `Chavo` del 8 que tranquilamente puede caer sobre Kiko Méndez Paz. A pocos días del comienzo de una nueva Liga Nacional femenina de vóley, el entrenador con una dilatada trayectoria la verá desde afuera y no dirigiendo. Una picardía y un verdadero desperdicio.

Enrique Méndez Paz no transa con nadie. Para él es blanco o negro. No hay grises. Esa conducta, por ejemplo, lo marginó de los Seleccionados Argentinos, después de un trabajo ejemplar, casi sin fisuras. Todavía cuando el vóley femenino necesitaba paciencia y trabajo. Él se encargó de ese trabajo.

En vísperas a una nueva Liga Nacional femenina, habrá una figura que se venía repitiendo en los últimos 9 años y que ya no estará. ¡Si! Enrique Méndez Paz. Ese que llevó a Freyre a dos 3eros puestos y que trasladó el buen momento de `Las Tamberitas` en el contexto sudamericano consiguiendo un 3er puesto en la Copa Mercosur para cerrar una etapa brilante.

Luego, Bell Ville lo disfrutó y la ciudad respiró vóley, mientras él estuvo. Generó una revolución. Llegó a dos 3eros puestos y estuvo a punto de ganarle al mejor Boca de todos los tiempos en una final histórica, donde Bell quedó en el 2do puesto detrás de aquel Boca multicampeón.

Con el correr de los años apareció la posibilidad de Unión Eléctrica de Córdoba. Sin las ambiciones deportivas como en Freyre y Bell. 

A pesar de todos los contratiempos, logró que sus equipos clasifiquen a la etapa Nacional durante dos años consecutivos, cumpliendo el objetivo propuesto.

En tanto, el último año lo hizo con Almafuerte de Las Varillas y no pudo sortear la primera fase para colocarse en la etapa Nacional. 

En fin, fueron 9 años consecutivos que Enrique Méndez Paz dirigió Liga Nacional.Un hombre que vive el vóley como una forma y estilo de vida. Él sin este deporte no es el mismo. Kiko no es Kiko. Es otra persona.

Fueron muchos años, donde puso mucho de él y hoy un vacio inexplicable. Difícil de tolerar, digerir y de explicar.

Siempre se mostró tal cual es. Siempre defendió el deporte. Ayudó a muchas jugadoras, que hoy son de Selección Argentina y que seguramente viven del vóley. Le abrió las puertas a todos los colegas que pudo. Trabajó profesionalmente. En fin, hizo muchas locuras por el vóley. Como, por ejemplo, entrenar a las 5 de la mañana. Para enumerar una de tantas locuras apasionadas.

Es paradójico y raro enumerar demasiadas virtudes de alguien que después de 9 años dirigiendo Liga Nacional Femenina tenga que verla desde afuera. No me simpatiza. Una picardía. Un desperdició.

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