sábado, 24 de enero de 2015

Santoni se fue de Rivadavia y asumio el miercoles en Monte Buey


A poco menos de dos semanas para el inicio del Provincial, Marcelo Santoni se despidió el martes anterior de la dirección técnica de Rivadavia y en la noche del miercoles asumio en San Martín de Monte Buey, según le confirmó  el propio entrenador a EL DIARIO, en una jornada de incertidumbre para el club de Arroyo Cabral.
La sorpresiva partida del “Chelo” generó que  los directivos de la entidad cabralense analizaran la posibilidad de rearmarse con un nuevo técnico (sonaba José Luis Danna), al tiempo que algunos jugadores que llegaron como refuerzos no estaban convencidos de continuar porque habían sido convocados por el propio Santoni.
Rivadavia debutará en el Provincial el próximo 1 de febrero, en Jesús María, ante Alianza, y seguramente no llegará con el panorama que parecía plantearse hasta el fin de semana, teniendo en cuenta la partida de quien fue su entrenador durante casi tres años y la incertidumbre por el armado del plantel.
Más allá de esta situación, Santoni comentó: “No me reprocho nada”, y sostuvo que acordó con San Martín de Monte Buey porque recibió una oferta que no podía rechazar.
“Lamentablemente, en Rivadavia no me aseguraban la continuidad para el torneo local; al contrario, el presidente (Richard Abrile) y algunos más buscaban otro técnico a mis espaldas, y ahí es cuando empecé a analizar otras propuestas: tuve una de Estudiantes de Hernando y después llegó esto de San Martín que, después de Alumni, se podría decir que también es casi como mi casa”, comentó Santoni. 
-¿Quedan muy molestos con vos en Rivadavia?
-No tengo idea, pero la verdad que la gente que me quiere sabrá entenderme. Hay gente que aprecio como “Zeta” (Sergio Tartaglia) o el “Pato” Bosco, que me acompañaron. Hay otros, como el presidente, que se manejaron mal conmigo, pero ya está. El problema de esto es que no me ofrecían continuar en el campeonato local; yo iba a dirigir el Provincial y nunca esperé el llamado de San Martín. Pero me llamaron y, si decía que no a un proyecto muy importante, a lo mejor me iba a arrepentir, mientras el presidente de Rivadavia andaba con otro proyecto.
-¿Era algo muy difícil de rechazar?
-Muy difícil de rechazar, en todo sentido. Aparte, todos saben lo que significa la Liga Bellvillense hoy como competencia, y para mí la camiseta de San Martín significa mucho. Allá la gente me quiere y llegar a dirigirlo es un salto de calidad.
-¿Tiene que ver también con una situación de vivir del fútbol?
-No. A mí el dinero no me movió y nunca fue una traba en los clubes que estuve. Es otra cosa. Para mí es hacer carrera porque vivo el fútbol como una pasión. Nunca esperé el llamado de San Martín y, a pesar de lo que podía pasar con Rivadavia, supe que tenía que ir porque es bueno también el proyecto. Es una posibilidad importante. Lo que sí, me duele lo de Tartaglia o Bosco, como así también los jugadores en Rivadavia. 
-¿Tuviste un desgaste también en Rivadavia?
-No, el tema pasó por otro lado. En Rivadavia dirigí 91 partidos, fui campeón, subcampeón, y estábamos para más, si queríamos. Me molestó que algunos dirigentes se manejaron mal, llamando a otro técnico… Fue algo intendendible. Rivadavia tiene hoy un potencial enorme, pero hay quienes todavía están ahí, enojándose porque no juega el hijo, el nieto, el sobrino. Sin embargo, yo al club le hice debutar 22 pibes, así que no tengo nada que reprocharme, aunque voy a estar agradecido de lo que me dio Rivadavia.
-En San Martín fuiste campeón como jugador, pero hace tiempo el club no gana nada. ¿Vas para pelear arriba?
-Sí. En San Martín fue tres veces campeón cuando jugaba, después creo que ganó otro título más y ahora viene de pelear el descenso. Voy primero para conocer al plantel, aunque yo siempre quiero pelear arriba. Me llevaré algunos jugadores de acá; cuatro o cinco. Y me va a acompañar también el “Profe” (Juan) Airaldi.


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